¿Qué hago con mi basura?
Parte II – ¿Dónde empieza el problema de la basura?
Cuando nos preguntamos qué hacer con la basura, es importante que vayamos más allá e identifiquemos donde empieza el problema de la basura. El residuo es la parte final de un proceso que inicia en el modelo de producción lineal, esto es: tomamos la materia prima de nuestro entorno, producimos y consumimos generando desecho que no es aprovechado. La lógica en la que se basa este tipo de producción es el crecimiento infinito y consumo infinito. El problema es que vivimos en un mundo con recursos limitados por lo que un crecimiento infinito no se adapta con nuestra realidad.
Toda actividad que realicemos genera algún tipo de residuo, no se da una relación de 1 a 1 entre lo que utilizamos para producir y el bien producido. Por ejemplo, la energía utilizada para la producción o la transformación de materia prima en un producto no puede ser aprovechada en un 100%, hay un porcentaje que se libera en formas que no pueden ser utilizadas (como el calor). Pero no solo la energía se pierde en estos procesos, también parte de la materia prima utilizada se pierde en forma de residuos que se van generando desde la producción. Un ejemplo que me parece sorprendente es el del aluminio.
Cuando mi amigo y profesor Javier Chacón me explico el proceso no podía creerlo. El aluminio no se encuentra en forma pura en la naturaleza, al igual que la mayoría de los metales, lo que encontramos son mezclas. El estado natural del aluminio es en realidad en una forma oxidada llamada alúmina. Además, la fuente principal es un mineral llamado bauxita, que, en casos de mayor concentración de alúmina, solo llega al 50%, pero puede darse casos de 30% de alúmina y 70% hierro. Por esto es que hay que “purificar” la bauxita para quitar el hierro y extraer solo la alúmina. En este proceso, es necesario elevar bastante el nivel de acidez (conocido como pH) para que la alúmina se disuelva. Una vez que se disuelve, se transforma en hidróxido de aluminio, mientras que el hierro queda en forma sólida, pero en un estado no aprovechable (hidróxido de hierro), un barro rojo toxico.
En el 2019, la producción mundial de aluminio fue de 63.69 millones de toneladas, lo que implica que mínimo se produjeron 64 millones de ese lodo rojo que no es aprovechado, pero la cantidad de este desecho en la realidad es incluso mayor. Ahora, el hidróxido de aluminio resultante de este proceso, debe ser regresado a su forma de oxido y ese proceso se hace mediante la calcinación a 1,000°C (podemos imaginarnos el consumo de energía que esto requiere y las emisiones asociadas a estos procesos), y esto es solo para tener la materia prima necesaria.
Foto: Balsa de residuos de Alcoa en Xove, España (https://elpais.com/ccaa/2012/03/02/galicia/1330724136_330525.html)
El proceso de producción como tal es electroquímico y su insumo principal es la electricidad. Para producir una tonelada de aluminio, se requiere 15,000 kWh de energía eléctrica (el equivalente al consumo mensual de 50 hogares); multipliquen esto por la producción anual de aluminio, con razón el 10% de toda la energía hidroeléctrica mundial se utiliza para este fin. Recuerdan que mencione que la producción no se da en una relación de 1 a 1, bueno, para producir 1 ton de aluminio se requieren aproximadamente 2 ton de alúmina (óxido de aluminio). Ósea hubo que procesar, en el mejor de los casos, 4 ton de bauxita con todos los impactos descritos previamente. De nuevo si multiplicamos esto por 64 millones, tenemos una idea del impacto de esta actividad en solo un año.
Cuando uno se da cuenta de estas cosas, no toma las decisiones de consumo y desecho de la misma manera. Cuando veo el papel aluminio, las bandejitas para hornear o las latas de refresco o cerveza, solo pienso en la cantidad de lodo rojo y la energía gastada en la producción. Son decisiones muy personales, pero vale mucho la pena cuestionarlas, cuando el impacto trasciende a lo personal. Hay que buscar alternativas a su consumo y si es necesario, recurrir al reciclaje. Es triste ver como algo en lo que se gastó tanta energía, y con una huella ambiental tan alta termine en un relleno sanitario. Y sabían que la producción de alimentos industrial sigue este modelo lineal, se han preguntado alguna vez, ¿Cuál es el impacto de alimentar 7,800 millones de personas?
Escrito por:
Melisa Banegas
Vecina de Villa Hermosa, Alajuela.
Relacionista Internacional, Master en Administración y entusiasta del tema de manejo de residuos, agricultura orgánica, y abejas nativas.